Translate the rain

lunes, 24 de marzo de 2014

¿Para quién escribimos? De mi ombligo al lector universal


Hay una luz curiosa sobre la ciudad en este lunes. El sol brilla debajo de las nubes que filtran su claridad, arrojando un tinte cobrizo sobre los edificios. Hay una especie de juego, diría que ciclotímico, entre luz y sombras dejado al albedrío del viento que empuja las nubes, como si fuéramos víctimas de los avatares de su carácter. Ahora mismo estoy escribiendo por el gusto de hacerlo, hablando sobre todo y sobre nada, como dos vecinos que se encuentran en un ascensor y charlan sobre los regateos del sol y la lluvia. Cuando le puse ese nombre al blog, supongo que también había algo de eso, del poder hablar de todo y nada, de la lluvia y del sol, de dudas intrascendentes según quienes las percibiera, compartir relatos sólidos o inconsistentes, todo con un motivo, por el mero placer de escribir. 

Pero ¿para quién escribo? ¿Para quienes escribimos? ¿Es un acto egoísta o altruista? ¿Lo hago mirando hacia mi ombligo o al de los demás? La realidad es que me plantee esta reflexión a raíz de una entrada anterior de este blog . En aquella ocasión hablaba del por qué escribir y al hilo de los comentarios me surgió esta nueva duda: escribir, sí, pero ¿para quién? Están los que dicen, que sólo escriben para ellos y los que sueñan con pegar un pelotazo y encabezar las listas de bestsellers, sin contar que probablemente tengan más éxito de hacerse millonarios acercándose a un estanco para echar un euromillones que escribiendo, pero ese es otra cuestión.

A priori, cuando abordamos el tema por primera vez, podemos llegar a pensar que hay un importante ejercicio de onanismo al escribir. Al igual que los arqueólogos hemos vendido ―y seguimos vendiendo a la sociedad― el estereotipo del arqueólogo paciente, armado de su pincelito que va desgajando cada grano de tierra del anterior como si viviera excavando un sempiterno yacimiento del paleolítico inferior, el escritor tradicional es, para mí, ese ser atormentado, heredero de Baudelaire, que con una copa de absenta en una mano y la pipa de opio en la otra, nos habla de la oscuridad y las mentiras del mundo. Es ese escritor que escribe para él, en un ejercicio de profunda catarsis, visitado por las musas, como quien espera entregarse a un ángel vengador para expresar toda su rabia y horror.

Una vez tomé absenta y os puedo confesar que no recomiendo la resaca de ese licor de fuego anisado ni a mi peor enemigo. De un mismo modo, aunque es cierto que podemos expresar todos los arrebatos de nuestra mente guiados por el impulso de las musas, lo más probable es que guardemos ese escrito escondido entre un rincón de nuestra alma y la carpeta del cajón desastre de nuestro ordenador.

Un autor puede explorar sus emociones, examinar su alma, pero lo que hallará en su proceso catártico será algo personal que, probablemente, no presente interés para los demás per se, ya que ni siquiera será algo especialmente original. Incluso escribiendo sobre cuestiones introspectivas el escritor tiene que ser capaz de superar la mera descripción sino que tiene entenderla y mirarla con cierta perspectiva.

Si lo que se quiere es compartir un escrito hay que superar el "para mí" y escribir en dirección a los demás, para que puedan entenderlo y compartirlo, haciendo presente al lector virtual y provocando de esta forma la empatía. Hay que dar un andamiaje, un orden, una estructura, pensar si lo que escribimos puede ser o no entendido, comprendido, asimilado y regurgitado por el otro, incluso si lo que escribimos puede ser de su interés o si le vamos a aburrir o no. Pero entonces ¿seguirá siendo un acto personal?

Para Sartre, el escritor escribe para el "lector universal", y es un intermediario. Desvela la sociedad y ésta viéndose y sintiéndose vista decide si tiene que cambiar o no. Me parece que Sartre otorga un papel muy preponderante a cualquier acto de escritura literaria, pues no siempre existen implicancias reivindicativas. De un mismo modo, el hecho de querer compartir un escrito y, por lo tanto, tener que buscar la perspectiva del otro aparte de la propia, no desemboca en la negación del disfrute personal. Al escribir, soy mi primera lectora, jueza y censora. Pongo algo en perspectiva y lo hago propio a la vez. ¿Cómo no disfrutar en un proceso tan simple y contradictorio a la vez? ¿Tan personal y social? La cuestión, para mí en realidad, no es saber si se escribe para uno mismo o para los demás, sino encontrar el justo equilibrio entre los ingredientes y saber escribir para uno mismo (porque nada tendría sentido de otra forma) y para los demás.


Fotografía de Frédérique Laclos

14 comentarios:

  1. Yo creo que siempre escribimos deseando que alguien nos lea. Lo único que escribimos para que nadie lo lea quizá sean los diarios, y ni eso, porque los escribimos para nuestro yo futuro, los escribimos para recordar lo que fuimos. Creo que escribimos desde nosotros, no para nosotros. Damos una parte de nosotros en cada cosa que creamos y deseamos que alguien la lea y la aprecie, y no podemos traicionarnos a nosotros mismos escribiendo lo que ellos quieren leer, porque entonces no nos damos, por eso se dice que escribimos para nosotros, pero no es cierto, es que muchas veces el lector no llega a entender lo que le estamos dando. Y si alguien nos lee es maravilloso y si nadie nos lee, el hecho de crear ya en sí nos resulta satisfactorio, por eso decimos que no nos importa que no nos lean, pero en el fondo no es cierto.
    No sé si se me explico xDDD Lo cual no es bueno para una escritora xDDD

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    1. Pues un pelín me he liado XD, pero me quedo con el concepto de escribe "desde nosotros" y no "para nosotros" que me parece francamente interesante. Gracias Raelana.

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  2. mmmm tal vez el escritor escribe para dejar una huella, un vestigio de su existencia un "yo estube aquí", donde cada obra refleja al escritor

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    1. Coincido contigo en parte pero lo veo más cómo una motivación para escribir que el planteo claro del para quién escribimos. Gracias Noruego por tu comentario.

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  3. En mi caso, supongo que primero escribo para mí, porque me resulta muy divertido hacerlo. Pero luego también es agradable saber si has conseguido hacer sentir algún tipo de emoción a otra(s) persona(s). Interesante reflexión, Sandra. Saludos!

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  4. En el fondo yo escribo para mi, pero si me leen, en mi caso en mi blog, mejor que mejor. A mi me sube el ego. ;-p

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    1. Algo de eso también hay y si gusta ya te da "un subidón"

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  5. Gostei do teu texto
    No meu caso sempre sempre escrevi para mim, é como um desabafo da alma e em muitas ocasiões também me diverte.
    Depois de ter saboreado a minha escrita, gosto de dar a ler a outras pessoas e saber a sua opinião.

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    1. Reconozco que la escritura para mí, se limita, en mi caso, más a la poesía y cuando era jovencita a mi diario que el tema de los relatos. Cierto es que me disfruto escribiendo sobre temas que me gustan (por ejemplo relatos históricos) pero creo que en realidad es porque me siento más cómoda que en otros temas.

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  6. Yo me tomé la escritura en serio para olvidar un montón de preocupaciones que tenía. Luego seguí escribiendo para llenar el tiempo que obligadamente me encontré sin nada que hacer. Y luego he seguido escribiendo a las tantas, un ratito antes de dormir, cuando ya los niños se han ido a la cama y tengo un poco de paz. El mero acto de escribir no me resulta agradable la mayor parte de las veces. Escribo porque lo necesito. A veces escribo cuando no estoy escribiendo. No pienso en nadie en especial, aunque intento que lo que escribo me convenza a mí primero, y luego a mi madre. ;)

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    1. Lo que escribes sobre convencerte a tí primero, a mi me pasa y a veces, reconozco que, de alguna forma, me presiono e incluso, me bloqueo.
      Gracias Caliban por pasarte por aquí y por tu comentario :)

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  7. Yo escribo para mí, sin lugar a dudas, porque hacerlo me ayuda a ser más consciente de que estoy vivo y estoy viviendo.
    Luego hago público lo que escribo para compartir con quién quiera leerme todo aquello que bulle dentro de mí.
    Saludos.

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