Con el veranito, disfruto de otro lunes soleado, y hoy seguimos con las venturas y desventuras de María.
Santos inocentes, ni des ni prestes (parte 3)
—María
sos una persona racional. Es lo que me demostraste hasta hoy. Sabés que es
imposible para el ser humano aparearse con una paloma.
—Esto
ha sido una mala idea. No sé qué hago aquí contando esto. Todos vais a pensar
que estoy como una regadera.
—No
es común, pero yo creo en vos, María. Sé que no estás «como una regadera» —dibujó
el gesto de las comillas doblando sus dedos índice y corazón—. Ahora bien, ¿Por
qué pensás que ese excremento de paloma te fecundó?
—Porque,
bueno… Ahora viene la parte más… —dudé buscando la palabra adecuada—
contundente… Todo esto pasó anoche. Estaba de nuevo en mi habitación leyendo.
Iba a apagar ya la luz cuando, de repente, vi a un tipo delante de mí. Estaba…
en pelotas pero justamente… no tenía… pelotas, ni siquiera pequeñas. No tenía
nada de nada, ni pene. ¿Me entiendes?
—O
sea decís que no tenía sexo. Estaba totalmente castrado —. Esperó a mi asentimiento
antes de tomar unas notas sin querer demostrar como el concepto de castración
aparecía ante sus ojos de psicólogo cual música celestial
—Pues
sí, exactamente eso, pero también tenía el típico pelo «Pantène» con ricitos de
oro como el de los…—dudé un instante antes de expresarlo— ángeles… Vamos, que
por encima parecía un cliché. Pero claro, yo al ver a un tipo en pelotas sin
pelotas, y aunque las tuviera, como es lógico, me asusté y mucho. Me quedé paralizada,
como si hubieran encajado una barra en medio de mi garganta que me hubiera
impedido gritar. Es una sensación asfixiante —apunté mientras volvía a inspirar
humo de mi cigarrillo—. Él, ella o lo que sea, se quedó mirando para mí y
sonrió diciéndome: «Salve, llena de gracia, el
Señor está contigo» ¿A quién se le ocurre afirmar algo semejante? ¿Qué tenía
que decirle? ¿Y bendita tú eres entre todas las mujeres? Además, no sabía
siquiera si era una mujer o un hombre y, la verdad, es que lejos estaba de ser
mi preocupación.
— ¿Y cuál era exactamente tu preocupación
—Pues… que fuera algún tipo de eunuco demente que
quisiera atacarme. La verdad es que nadie en sus cabales piensa en un ángel. De
hecho, pensé antes en un fantasma que en un ángel. Me parece mucho más racional
—aseveré con apabullante sensatez— Y por encima, luego de eso, soltó tan pancho
«No temas María, porque has hallado gracia ante Dios». Y ahí, la verdad es que
creí que era algún tipo de psicópata sectario.
—Lógicamente, sí —afirmó el hombre dándome la razón
por primera vez.
—Cogí el móvil para llamar a la policía y él, ella… siguió
igual de tranquilo y me dijo con parsimonia, como si fuera algo normal: «Vas a
concebir en el seno y vas a dar a luz un
hijo, a quien pondrás por nombre Jesús.» —solté una carcajada nerviosa al
relatar aquello— Y luego siguió con un rollo sobre lo grande que sería y que
estaría en el trono de David y que reinaría por los siglos de los siglos. Amén.
El hecho es que lo que si no se iba ipso facto llamaría a la policía.
—¿Se fue entonces?— preguntó mi psicólogo
interesado.
—No, no. ¡Qué va! —objeté sarcástica— Se quedó
mirando para mí, sonriendo con tranquilidad y me soltó un discurso sobre lo
impíos que nos hemos vuelto y que sólo creemos en lo material, el dinero
ficticio de unos bancos que nos embaucan y nuestra falsa democracia de
políticos corruptos —tomé una nueva calada de mi cigarrillo que estaba al rojo
vivo—. La verdad es que en ese momento,a pesar de que el discurso estaba muy visto, me cayó hasta bien. Pero luego volvió a hablar sobre Dios y que yo, a pesar de todo, tenía su Gracia. Me explicó
que hacía unos días había venido el Espíritu Santo y que el niño ya crecía en
mí, que nacería el día de navidad, que Dios era generoso y aquello solucionaría
nuestros problemas… Y luego «¡Pum!» —acompañé aquella onomatopeya con un
aplauso— Desapareció, como Houdini...
Continúa aquí
Imagen de Juan Pablo Bravo
Imagen de Juan Pablo Bravo
Madre... ¡Cómo se está poniendo la historia! Cada vez estoy más intrigado por saber hacia dónde nos quieres llevar...
ResponderEliminarUn saludo muy grande Sandra!
Muchas gracias Ramón. Tú también me tienes intrigada con alguna de tus muchas historias ;) Un saludo.
EliminarEspectacular, Sandra!!!
ResponderEliminarMe ha encantado. Qué grande eres, jajajajaja... !!!
Lo sospeché cuando lo de la paloma pero lo descarté por obvio y ahora me pega mucho la continuación en la forma en que lo haces.
Un abrazo.
PD. Jo... Cuánto tarda en salir el siguiente.... !!! :(
Un abrazo, Ricardo. Me gusta que te guste ;)
EliminarMuy buena la historia Sandra, aunque si yo contara la real, la que verdaderamente ocurrió... (me quemaban vivo). Ja,ja,ja,ja,ja,ja
ResponderEliminarjajaja. Llamaremos a la inquisición: ¡A la hoguera con vos!
EliminarMuy bonita historia Sandra , engancha y puedes verla , normal no ?? Jajaja !!! Un Abrazo . JP.
ResponderEliminarMuchas gracias, Julio. Un abrazo para ti también.
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